Transitaba por el centro de la ciudad
un olor a quemado, diferente, fúnebre
se sentía por cada calle, no sabía
que a dos cuadras llanto, dolor, temor
eran los adornos más frecuentes...
y es que su ciudad, la tuya y la mía,
el rojo teñía sus remansos.
un olor a quemado, diferente, fúnebre
se sentía por cada calle, no sabía
que a dos cuadras llanto, dolor, temor
eran los adornos más frecuentes...
y es que su ciudad, la tuya y la mía,
el rojo teñía sus remansos.
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Estamos en tiempos díficiles, mi ciudad la tuya o la de otros
tienen algo en común: la inseguridad y por tan
dificil que sea la situación tenemos que darnos a la
tarea de ser felices y sobre todo SOBREVIVIR
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