Es lunes, y el tormentoso fin de semana acabó,
dejo atrás el sufrimiento de la espera, puedo verte,
admirarte, no importa la distancia, no importa la barrera,
hoy simplemente me dedico a amarte.
El brillo de tus ojos, refleja mi alegría a lo lejos,
y así, orgulloso, recibo las horas una a una...
sin contemplaciones, continuo en este sacrificio
que ofrezco para ti, no para que me mires,
no para que me hables, solo para que me dejes amarte.
El sol cae al llegar la tarde, sin titubear, a la distancia,
le robo un beso a tus labios,
y te despido enredando mis brazos a ti,
congelando ese momento en el tiempo,
mientras descansas y yo con eso me alimento.
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